FRANCISCO HERRERA ARTACHO |
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(MAESTRO) |
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Nacido en Ceuta en 1939 en un ambiente familiar humilde cuando la injusta y cruenta guerra civil tocaba felizmente a su fin. Conoció muy de cerca las estrecheces propias de una posguerra pero a pesar de ello tuvo una infancia feliz junto a sus padres y hermana. Con las carencias de aquellos tiempos y al no disponer de medios económicos para estudiar en la península, se vio obligado a hacer magisterio en la Escuela Normal. Con 17 años y la carrera terminada empezó a dar clases particulares en una habitación habilitada de su propio domicilio cogiendo el testigo que había heredado de su padre, “la escuela del cartero”, en la entrañable barriada de Villa Jovita.
26-Jun-2008 Amigos compañeros y ex alumnos queremos rendir un homenaje de despedida a FRANCISCO HERRERA ARTACHO, quien deja la profesión tras 45 años de servicios. Este modesto homenaje está previsto para las 14 horas del día de hoy, en los salones del Hotel Guadacorte . Imaginamos que a Paco, como todos le conocemos, estará enormemente agradecido por este emotivo gesto. Decir que sus primeros pasos fueron con los niños de Facinas en los años 1964-1966. Los que fueron sus alumnos se sentirán orgullosos de este homenaje que se hace a su primer maestro. Un cordial saludo. Cristóbal Cózar Todos los que nacimos en los año 50, estamos cerca de la jubilación por lo tanto hay que esta preparado para disfrutarla. A nuestro maestro paco herrera hay que felicitarlo y que tenga salud para disfrutarla. Un abraso. Domingo guillen Benidorm
Amigo y colega Paco: Tuve la suerte de conocerte en el XXV Aniversario de nuestro centro educativo, pero por referencias de Chan, ya sabía del trabajo tan importante que hiciste en Facinas en los años 60. Labor educativa y labor social, ya que antes los maestros eran unos buenos referentes que había en este aspecto, en una localidad pequeña como Facinas. Eso sí, en tus proyectos e iniciativas debías encontrar respaldo social, y me consta que en Facinas lo encontraste. Sé también de buena fuente el trabajo importante que has realizado en tu centro educativo de San Roque, como Director. En las reuniones que hemos coincidido, todo ello ha quedado patente. Bien es cierto que cuando llega una jubilación de un compañero, nos embarga un poco de tristeza, porque los buenos profesionales como tú deberían estar trabajando siempre, pero también sabemos que es un merecimiento y un reconocimiento por parte de una sociedad que valora tu trabajo. Gracias, en nombre de Facinas por tu labor en nuestro pueblo y gracias, en nombre de la educación, por tu aportación sincera y abnegada. Esperamos verte pronto en nuestro pueblo, por ejemplo en el XXX Aniversario de nuestro centro educativo, el año próximo. Estás invitado. Un abrazo. Antonio Alba Muñoz Director CEIP Divina Pastora. FACINAS Un Fuerte abrazo al amigo y profesor Paco Herrera con motivo de su jubilación. Ahora afloran los recuerdos de su estancia en Facinas donde dejó una estela imborrable junto a su esposa Nuria. Cuantas y cuantas experiencias ilusionantes emprendimos con el único fin de educar y entretener a los niños, jóvenes y menos jóvenes. Junto con Manolo Ruiz y Charo García de Sola fueron los que marcaron una época "dorada" en nuestro pueblo. Nunca lo agradeceremos suficientemente. Ahora mereces, amigo Paco, recoger el fruto que has sembrado con el cien por cien de beneficio, que disfrutes de la vida, de os tuyos, y seguro que triunfarás en lo que hagas, porque seguro que no te vas a quedar "quieto", viéndolas venir. Espero y deseo que nos encontremos para celebrarlo como se hace de verdad por aquí, con una copa de vino. De todas formas, yo ya hoy lo voy a hacer. Va por ti. Un Fuerte abrazo de tu amigo Chan, su mujer y toda su familia. Sebastián Álvarez Cabeza FACINAS Desde esta pagina que nos ofrece Cristóbal Quiero felicitar, en su Homenaje de jubilación a Nuestro maestro Don Francisco Herrera. Y le quiero decir que seguro que todos sus exalumnos de Vico (64-65) tienen un gran recuerdo de EL como un buen Maestro y como una gran persona. Juan Manuel Casas Badalona Estos fueron sus primeros alumnos en Facinas DISCURSO DE PACO HERRERA EN SU ALMUERZO DE HOMENAJE No sé si seré capaz de expresar en estos momentos todos mis sentimientos viéndome rodeado de tantos compañeros, amigos, antiguos alumnos y mi familia al completo en este día tan especial para mí. Me voy del magisterio después de una larga trayectoria de 45 años de docencia. ¡Con 15 trienios! Fue en un lejano febrero del 1963, cuando aprobé las oposiciones, alguno de vosotros no habíais nacido todavía. Mi primer destino fue en el colegio General Varela de Ceuta. Sólo estuve 7 meses como propietario provisional. En el concurso de traslado me destinaron a Chiclana, pero opté por una plaza en Facinas perteneciente al ya desaparecido Patronato Especial del Campo de Gibraltar. Allí estuve dos años maravillosos, donde recibí todo el cariño y la amistad de un pueblo agradecido con grandes deficiencias en materia educativa. La Inspección me concedió por mi trabajo en Facinas un “Voto de Gracia”. Pero las dificultades económicas eran grandes. Ingresé con un sueldo mensual de 1200 pesetas. No me daba ni para pagar la comida en el bar de Gil que había frente a mi casa. Menos mal que aprobaron un complemento de 1800 ptas. Ya ganaba 3.000 ptas mensuales (hoy serían 18 €) Me casé por aquel entonces en Ceuta. Con estrecheces íbamos tirando en Facinas. Recuerdo que una vez le dije a Nuri, ya harto de los pucheros hecho con carne de palomo y avecrem, que comprara pescado fresco y la pobre consiguió traer a casa unas bogas que sólo comían los gatos, por ser lo mas barato. No tuvimos más remedio que pedir traslado. Me ofrecieron San Roque, y como lo conocía por venir de vez en cuando a visitar a mi hermana que estuvo destinada aquí, pues para acá nos vinimos, siempre pensando en regresar algún día a Ceuta. Pero en San Roque todo cambió a mejor. Enseguida comencé, junto con otros compañeros a compaginar la escuela con clases de bachillerato radiofónico, con la corresponsalía de Radio Nacional, con clases en el colegio libre adoptado y posteriormente en el Instituto José Cadalso. Nuestra situación económica había mejorado. ¡Pude incluso comprarme un 600! Tuve tiempo hasta para dedicarme a la política, Paco Jiménez me comprometió para que entrase en el Ayuntamiento cuando él era alcalde y con él estuve ocho años como concejal y teniente de alcalde. Fueron unos años de trabajo fascinante y, sobre todo, altruista. Han sido muchos años, casi toda mi vida, dedicada a la docencia, aquí en San Roque. Puedo aseguraros que durante este tiempo he llegado a darle clases a tres generaciones de una misma familia. Desde que llegué al colegio Simón Susarte dando clases sólo a alumnos varones, junto a Pepe Ramírez y Juan Piñel (sobrino de Paco Piñel), pasando por el colegio Pedro Hidalgo con Antonio Antunez y Ramón Ramírez, entre otros, y posteriormente en el colegio Gabriel Arenas han pasado 43 años. Los últimos 20 como Jefe de Estudios y Director; primero formando equipo directivo con Carlos Blanco y Antonio García, luego con Mercedes Otero y Mª Ángeles Troya con los que he trabajado muy a gusto y a los que no tengo palabras para agradecerles toda la lealtad y la confianza que me han demostrado siempre. No quisiera dejar en el olvido a aquellos directores con los que trabajé porque de todos ellos aprendí y mucho: los consejos tan veteranos de Pepe Ramírez, la profesionalidad de Julián Ruiz, la sapiencia de Carlos Blanco. Cito sólo a los directores porque citar a todos los compañeros que he tenido, sería interminable. A todos ellos mi reconocimiento y mi amistad. Para mi actual claustro de profesores muchas gracias por su colaboración porque sin su ayuda mi trabajo hubiese sido estéril, así como a Charo, la monitora escolar, a Cristóbal Cózar informático y amigo íntimo, a Carmen, la conserje, a Ana, la vigilante, a Mª Carmen y Pepi, las cocineras, a las monitoras, Carolina, María, Mª José, Nuria y Valme a todas ellas un beso de gratitud. A vosotros todos, muchas gracias por acompañarme en este día tan espacial de mi jubilación que para mí no es un día precisamente “jubiloso”. A Nuri, mi mujer, le pido paciencia para aguantarme desde ahora todo el día en casa con mis achaques e impertinencias. Pero no quisiera terminar sin dedicar un merecido recuerdo para mi padre quien desde su modestísima escuela que compartía con su profesión de cartero, supo trasmitirnos a mi hermana y a mí los encantos maravillosos del mundo de la enseñanza. Muchas gracias y hasta siempre. |
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